Dries y su esposa, Eugènie, un matrimonio holandés de 93 años que llevaba más de siete décadas juntos, murieron el lunes 5 de febrero cogidos de la mano. Muy enfermos ambos, no deseaban separarse y pidieron la denominada eutanasia conjunta, un tipo que ha ido aumentando en los últimos años y fue autorizado por los médicos que les trataban. No eran una pareja anónima en Países Bajos. Él era Dries van Agt, católico y ex primer ministro democristiano de Países Bajos entre 1977 y 1982. Con su mujer, Eugènie Krekelberg, tuvieron tres hijos y siete nietos de los que se despidieron en paz. La noticia fue anunciada cuatro días después, cuando ya habían sido enterrados.
Dries van Agt llamaba a su esposa “mi chica”. Ella era el pilar de su vida y no contemplaban dejar al otro atrás al final de sus vidas. Amante él del ciclismo y con un uso de la lengua neerlandesa tan cultivado que tenía fama de arcaico, se conocieron cuando eran estudiantes. Nunca más se separaron. En su caso, la eutanasia no parece una elección propia de un creyente católico. Sin embargo, Van Agt, que acabó votando a los ecologistas y criticaba la política oficial holandesa sobre el conflicto entre Israel y Palestina, devolvió el carné de la democracia cristiana. En 2019, admitió que la eutanasia “sería una opción si la vida y el sufrimiento resultan insoportables”. Ese año tuvo una hemorragia cerebral cuyas secuelas se agravaron con el tiempo, y la salud de su mujer se fue deteriorando también. Los médicos aceptaron su doble petición por considerar que cumplían los requisitos de la Ley de Eutanasia, en vigor desde 2002.
En los últimos años, la que se pide a dúo ha experimentado un aumento. En 2022, se practicó a 29 parejas: 58 personas, según el informe anual publicado por los Comités Regionales de Revisión de la Eutanasia (RTE, en sus siglas neerlandesas), que repasan todas las llevadas a cabo en el país. En 2021, se aplicó a 16 parejas. En 2020, fueron 13, y en 2019, sumaron 17. En total, en 2022 los facultativos llevaron a cabo 8.720 eutanasias y suicidios asistidos, los dos supuestos contemplados en la norma. Son el 5,1% de todas las muertes registradas en el país, y supone un aumento del 13,7% comparado con 2021. La mayoría de los enfermos —casi un 60%— tenía cáncer.
Cuando los padecimientos son físicos e insoportables por culpa de una enfermedad sin posibilidad de mejora, la situación puede estar más clara. El mal moral de no querer quedarse solo en parejas muy unidas es un hecho, pero no es decisivo. Y algo más. La eutanasia debe pedirse libremente y sin presiones externas. Pero cómo evaluar si dos personas que llevan toda la vida juntos se han influido mutuamente para solicitarla a la vez. “El sufrimiento a futuro, si se concluye que solo uno de los dos cumple las condiciones de la eutanasia, no se considera un criterio. Lo que se evalúa es la situación sobre el terreno y cómo se experimenta el padecimiento en el momento presente”, señala, por teléfono, Sander de Hosson, especialista del pulmón y autor de dos libros sobre cuidados paliativos. “No todo el mundo pide o recibe la eutanasia en Países Bajos, eso debe quedar claro. Aunque es cierto que se considera un asunto privado, y sabemos que cuenta con un respaldo de cerca de un 87% de la población”, subraya.
Los RTE dedicaron un pasaje a la practicada a parejas en su informe anual de 2018. Allí puede leerse que, en tal caso, el médico que se ocupa de los pacientes debe consultar a dos asesores distintos para que evalúen a cada uno de los miembros por separado. En 2022, la consultora sobre eutanasia Dominique Rijnja compartió en su página de la red digital Linkedln una foto de las manos entrelazadas de un matrimonio en estas condiciones en su lecho de muerte. La imagen generó numerosas reacciones y también solicitudes de esta clase de ayuda, pero la ley no se ha relajado por ello.
En la eutanasia para una sola persona, un médico trata al enfermo y otro comprueba que la petición se ajusta a la ley. En la eutanasia conjunta, hay dos supervisores. “Solo cuando estos doctores, que hablan a fondo con los pacientes, han hecho su trabajo y la situación está clara, se sigue adelante”, dice De Hosson. Y recuerda: “La legislación holandesa exige siempre un sufrimiento insuperable y sin perspectiva de mejora, y una petición lúcida y reiterada por parte del paciente”. Miembro de Carend, una asociación especializada en promover los cuidados paliativos, indica que los Van Agt estaban muy enfermos y con padecimientos insuperables. “No se puede presionar a una persona para que opte por esta salida. Todas las peticiones se estudian de acuerdo con las normas vigentes”. Los facultativos que revisan tampoco pueden influirse entre ellos, de modo que solo intercambian los datos de los pacientes si es necesario. Con las parejas, puede aplicarla un solo médico o dos al mismo tiempo.
En la página web de Carend se recoge el caso de un matrimonio que había celebrado 48 años de casados. Muy enfermos ambos, vivían en un hogar de ancianos y querían morir juntos a la misma hora de su boda: las 15.15. Los médicos del denominado Centro de Expertos en Eutanasia (Expertise Centrum Euthanasie) consideraron que cumplían las demandas legales y se realizó en 2022, estando presentes en la despedida los dos hijos de esta pareja. Este organismo acoge las peticiones, dentro de la ley, que algunos médicos no pueden o prefieren no atender. En 2022, estuvo a cargo del 14,2% de todas las eutanasias practicadas en Países Bajos, según datos del RTE.
Las cifras correspondientes a 2023 estarán listas en primavera y, según los Comités Regionales, solo entonces se verá si ha habido un aumento generalizado. Lo que ya se sabe es que el año pasado la pidieron 282 personas con demencia. Hubo además 115 casos de personas aquejadas de uno o más desórdenes psicológicos graves. En 13 ocasiones —un 0,1% del total— hubo descuido, es decir, que los doctores no se fijaron bien en todos los detalles de las normas que deben cumplir, pero no se apreció mala intención por su parte.
Según la memoria oficial más reciente de evaluación de la ley (2017 y 2022), el 20% de los 131 médicos encuestados estimaron el procedimiento de eutanasia como una carga. Para un 69% era neutro. Elaborado por investigadores de la Universidad Erasmus, de Róterdam, y el hospital universitario de la misma ciudad, además de los de Utrecht y Ámsterdam, señala que el 25% se sintió presionado en algún momento por un paciente. Este último grupo estaba encabezado por geriatras, seguidos de médicos generalistas y especialistas. El estudio, publicado en 2023, recomienda estar vigilantes, puesto que gana peso la percepción del paciente sobre su propio estado y sufrimiento. También se hace hincapié en la necesidad de asesorar mejor a los médicos ante casos de enfermedad mental o demencias. Son los que suelen acabar en el Centro de Expertos en Eutanasia, que puede afrontar así listas de espera.
La Ley de Eutanasia holandesa fue la primera de su clase en el mundo y se aprobó en 2001. En vigor desde el 2002, sigue considerándose una práctica excepcional, y no un derecho del paciente, y puede acarrear hasta 12 años de cárcel de vulnerarse los requisitos legales. Incluye tanto la eutanasia, que es practicada por el médico —en general de cabecera—, como el suicidio asistido. En el segundo caso, la propia persona se administra el producto preparado por el médico.
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