Aunque se creó en los estertores de la pasada legislatura, en un Consejo de Ministros de julio del año pasado, no ha sido hasta este jueves cuando que el nuevo Observatorio de Salud y Cambio Climático se ha presentado oficialmente con la presencia de dos ministras y una vicepresidenta del Gobierno de España. Porque una de las principales características de este nuevo organismo, que se encargará entre otras cosas de actualizar el plan de prevención de la salud ante temperaturas extremas, es la transversalidad. En la presentación celebrada en la sede del Instituto de Salud Carlos III en Madrid, han participado la vicepresidenta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, y las ministras de Sanidad y de Ciencia, Mónica García y Diana Morant.
“La crisis climática es una crisis de salud pública”, han incidido García y Morant en la presentación de este organismo, cuyos grupos de trabajo ya han empezado a funcionar y que entre sus funciones también tendrá la de actualizar los sistemas de alertas por temperaturas extremas para hacerlos más precisos. Porque, como ha incidido Ribera, una “alerta mal dada” o con falta de información “puede suponer en los casos extremos pérdidas de vidas”. Para actualizar ese mapa de alertas será fundamental el estudio liderado por Cristina Linares, del Instituto de Salud Carlos III, en el que se determinan las temperaturas máximas diarias a partir de las que aumenta de forma estadísticamente reseñable la mortalidad. Hasta ahora, se empleaba un sistema en que la determinación de esos umbrales era por provincias. Pero dentro de cada una puede haber diferencias tremendas. El estudio elaborado por el equipo de Linares, adelantado por EL PAÍS a principios de este mes, afina todavía más al calcular esas temperaturas máximas para las llamadas regiones (áreas de territorio dentro de una provincia homogéneas en cuanto al comportamiento de las temperaturas diarias).
“Necesitamos un observatorio para proteger a la gente”, ha enfatizado Ribera durante “la puesta de largo” de este observatorio este jueves. La creación del ente a finales de la pasada legislatura fue impulsada por Transición Ecológica. Pero, tras la formación del nuevo Gobierno, la ministra Mónica García, de Sumar, ha querido situar también a este observatorio como uno de los pilares de la actuación de su departamento. “La transición ecológica es también una política de salud pública”, ha enfatizado en el acto García. Mientras, Ribera ha resaltado la importancia del “trabajo en equipo” para poner en marcha el organismo. “Necesitamos un observatorio para proteger a la gente”, ha insistido la vicepresidenta tercera, quien ha recordado que en el pasado ya hubo intentos de crear una figura similar que fracasaron.
García, a su lado, ha recordado que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera el cambio climático como “la mayor amenaza para la salud pública”. Y ha afirmado que “la transición ecológica es también una política de salud pública”, porque muchas de las políticas para combatir el calentamiento global, como la instalación de renovables, salvan vidas.
Por su parte, la ministra de Ciencia ha reivindicado el papel de instituciones como el CSIC a la hora de radiografiar el cambio climático y sus derivadas. Ha recalcado que, solo en el CSIC, hay 150 grupos de investigación generando conocimiento sobre la crisis climática. Entre los asuntos que abordan están los estragos que causan los episodios de temperaturas extremas. Morant ha citado uno de esos estudios en el que se advierte de que, si no se actúa contra el calentamiento, las olas de calor se multiplicarán por cinco en la segunda mitad de este siglo en España.
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